top of page

Puntos ciegos: la epidemia del mundo contemporáneo

Actualizado: 27 jul 2019


Si me duele la cabeza voy al doctor. Si me siento deprimido voy al psicólogo. Si quiero esculpir mi cuerpo voy al nutriólogo. Pero si lo que me afecta es el pensamiento, las dudas me carcomen, ¿por qué no acudo con un pensador? ¿Es la filosofía clínica un absurdo?


Hay elementos en nuestra breve historia humana que, pese a los cambios, permanecen. Uno de ellos es el engaño, proveniente tanto desde nuestra conciencia como de las personas, símbolos y ambientes de nuestro contexto. Existe un punto detrás de tu cabeza, en la coronilla, que por más esfuerzos que hagas no podrás ver. Tu punto ciego, metáfora de los pensamientos y acciones de los cuales ignoramos su origen y consecuencias. Los puntos ciegos son brutalmente peligrosos, pues limitan nuestro potencial y nos inducen a pensar de forma determinista. Además, están en la base de sistemas excluyentes y prejuiciosos.


Los puntos ciegos son infinitos. Después de todo, es parte de nuestra humanidad. Sin embargo, es importante enfrentarlos como si se tratara de una enfermedad. El engaño y la limitación cognitiva son también asuntos para la salud mental. Sin embargo, hacer un juego de espejos ante nuestros puntos ciegos puede resultar traumático. Quizás el sentido de tu existir se apuntalaba en tremendas y grotescas mentiras. Es por ello que en el mundo contemporáneo vemos tal negación hacia la reflexión. Incluso placer en el hecho de revolcarse en la ceguera voluntaria. Pero, ¿es fácil enjuiciar a quienes no desean abandonar sus fuentes de sentido? Esta situación se vuelve entonces una cuestión pedagógica, de comunión y desarrollo comunitario. ¿Qué estrategias hacen falta para acompañarnos y discernir las nebulosas?


Disolver los puntos ciegos requiere complejidad de pensamiento, preguntar cómo en lugar de qué. También requiere coraje y guía. Y por último, humildad. Pues estamos atrapados en un laberinto en el cual tan sólo podemos marcar donde ya hemos caminado antes. Este problema mundial trasciende la simple reflexión filosófica: se trata de una epidemia que plaga la creación de políticas públicas y que, más temprano que tarde, nos ha de devorar.




91 visualizaciones0 comentarios
Publicar: Blog2_Post
bottom of page